Análisis de las elecciones en Colombia

El verdadero reto para los aspirantes a la presidencia de Colombia no es ganar las próximas elecciones sino lograr, una vez desde el Gobierno, implementar de manera efectiva los acuerdos alcanzados del Proceso de Paz con las FARC.

Esa fue una de las principales conclusiones obtenidas durante la mesa redonda "Elecciones en Colombia", organizada dentro del ciclo América Vota, de Casa América y que contó con la coorganización de la Fundación Consejo España-Colombia. Los expertos que analizaron la actualidad política del país iberoamericano fueron Lina Cabezas, consultora senior de Asuntos Públicos en ATREVIA; Pedro Medellín, experto en Análisis Estratégico, Estudios de Gobierno y Políticas Públicas, y Gustavo Palomares, presidente del Instituto de Altos Estudios Europeos (IAEE) 

Colombia es un país profundamente marcado por el conflicto armado y que ahora se enfrenta, por primera vez en 50 años, a unas elecciones sin la existencia de las FARC. El proceso de paz y el resultado de las recientes elecciones en Venezuela marcarán, sin duda, estos comicios. Para los participantes en la mesa redonda los candidatos más fuertes son Gustavo Petro e Iván Duque, dos perfiles antagónicos, reflejo de la polarización que vive la sociedad colombiana.

Para Pedro Medellín Colombia encara los comicios en plena transformación: la sociedad se ha politizado, tornándose más participativa y, por primera vez, comienzan a verse bandos políticos que defienden proyectos distintos. Pero hay un elemento en común, la paz con las FARC, pese a sus carencias, refleja un espíritu en el que el deseo común es la paz y el avance de la sociedad.

Durante la sesión el acuerdo de paz fue definido de muchos modos "cojo", "de papel", "defectuoso" ya que, pese a su puesta en marcha muchas de las reformas que prometía no se han cumplido o se han eliminado del proceso. También los procedimientos para su ejecución y la voluntad de los actores implicados en su ejecución han sido puestos en tela de juicio, provocando el desencanto de la población y la persistencia de los problemas históricos sobre desigualdad social, reformas políticas y del sistema judicial o resarcimiento de las víctimas, etc.

Sin embargo todos los participantes en la mesa redonda coincidieron en afirmar que el proceso seguirá adelante, porque las diferencias entre las distintas posturas no son de base, sino de matices y procedimientos. El presidente del IAAE fue más allá al considerar el acuerdo de paz como vital para que Colombia entre en la modernidad. A su juicio, las reformas propuestas solucionarán problemas latentes en el país que van más allá del conflicto armado y que suponen un lastre para su desarrollo. 

Respecto a los dos principales candidatos a la victoria se realizó una clara descripción de sus fortalezas y debilidades. Definido por sus adversarios como castrochavista, para Lina Cabezas, esta acusación sobre Gustavo Petro carece de fundamento, más allá de que es un líder carismático y con un trato muy directo con el pueblo. Apoyó esta idea Pedro Medellín, para el que Petro ha copiado ideas del proyecto venezolano en su discurso pero, en realidad, no presenta un programa de izquierdas, ya que no se basa en la igualdad sino en la equidad.

Ambos analistas coincidieron también al afirmar que Gustavo Petro es un excelente opositor en el Parlamento pero ha demostrado tener poca capacidad de gestión, tanto en la gestión, como en la formación de equipos de trabajo, lo que resta a su proyecto de coherencia y consolidación. 

Sobre Iván Duque, quien mantuvo un encuentro el pasado enero con los patronos de la FCECo, Pedro Medellín destacó que su imagen pública se ha gestado muy rápidamente, tiene buenas capacidades políticas, dialéctica y está formado técnicamente. En su contra pesa su inexperiencia y que ha manifestado su intención de contar con un equipo joven, cuando un país tan complejo como Colombia necesitaría, en su opinión, un equipo con experiencia.

Lina Cabezas añadió que para su posible victoria deberá negociar bien, ya que las alianzas entre partidos van a ser fundamentales. En su contra juega que Colombia no se caracteriza por contar con gran disciplina interna de los partidos, muchos de ellos además, volátiles en cuanto a ideologías o con una existencia breve.